Calepio recupera el encanto atemporal de la piedra de Credaro, auténtico icono de la arquitectura lombarda. Con sus tonalidades de crema, blanco antiguo, gris claro, gris antiguo y gris tierra, esta piedra pinta un fresco de épocas pasadas, entre las que se encuentran imponentes murallas y castillos fortificados. Una fusión sublime de refinamiento y rudeza, Calepio tiene un aspecto majestuoso pero simple. Sus formas cuadradas confieren a los edificios un aura acogedora de solidez. Además de ser un elemento arquitectónico, Calepio da testimonio de un vínculo tangible con la historia, una elegancia que se funde con el entorno, transformando los edificios en auténticas obras de arte.