El recubrimiento en polvo es un tipo de recubrimiento protector y decorativo, con reputación de dureza y durabilidad superiores. Se aplica electrostáticamente como un polvo seco y luego se cura en un horno, proceso que calienta el polvo seco y le permite fluir y formar una película sólida y resistente. La diferencia clave entre los recubrimientos en polvo y líquidos es que el polvo no requiere un solvente y no contiene VOC, por lo que es un recubrimiento menos peligroso. Los recubrimientos en polvo son el recubrimiento de metal ideal para áreas arquitectónicas en uso constante, como marcos de ventanas y puertas, escaparates, vallas y barandillas.